El contenido digital se ha convertido en una estrategia de marketing fundamental para cualquier empresa que desee el éxito. Estas estrategias adoptan distintas formas según la compañía, sus objetivos y su público. Sin embargo, hay un tipo específico de contenido digital que lleva tiempo coronándose como tendencia debido, en parte, a los altos beneficios que reporta. Es el caso del video marketing, una de las herramientas digitales más utilizadas por las marcas en la actualidad.
El video marketing es una herramienta de marketing online que se basa en el uso de archivos audiovisuales, diseñado especialmente para compartirlos a través de Internet y de las redes sociales. Se trata de añadir vídeos al contenido habitual que comparte la marca en sus plataformas digitales. Estos vídeos pueden ser difundidos a través de las redes sociales corporativas o insertados en landing pages, campañas de email marketing, etcétera. Otra variante es el social video, que es un contenido específicamente adaptado a las particularidades de cada red social para que éste pueda ser compartido por sus usuarios.
Según el Estudio Anual de Vídeo Online 2021 de IAB Spain, la penetración de usuarios de vídeo online sobre la población de internautas alcanza el 92% y un 86% sobre la población total. En cuanto a la aceptación de la publicidad audiovisual, el grado de acuerdo con incluir anuncios a cambio de ver contenidos de manera gratuita es del 61%.
Es por esto que, a través de los vídeos, la comunicación corporativa puede mejorar considerablemente. Con los vídeos, es posible conseguir que el público se involucre emocionalmente con nuestra empresa y se sienta identificado con ésta. Como añadido, las compañías que comparten este tipo de contenido audiovisual de forma adecuada dan una impresión de cercanía y accesibilidad, que genera a su vez confianza en la marca.
Pero el hecho de que los usuarios de redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram puedan compartir los vídeos de la empresa en sus perfiles, no solo refuerza esa confianza, sino que además favorece la visibilidad de la marca en Internet, con la posibilidad de acceder a nuevos públicos.
Pero, ¿cómo conseguir un vídeo que aporte estas ventajas a nuestra compañía?
- Conocer a la audiencia. Los vídeos tienen un gran poder emocional, pero para conectar con los usuarios se debe saber cuáles son sus necesidades, gustos y aspiraciones. Para esto, existe una herramienta, conocida como “buyer persona”, con la que se define al cliente ideal de nuestra empresa. Así, podemos plantearnos las preguntas adecuadas sobre nuestros clientes y encontrar mejores respuestas a sus necesidades.
- Definir los objetivos. Se debe concretar con qué intención se va a crear el vídeo. El contenido será distinto si buscamos atraer más tráfico a nuestra página web corporativa, conseguir más seguidores en redes o aumentar la visibilidad y notoriedad de marca.
- Crear vídeos que generen interacción. Es decir, crear contenido que los usuarios puedan y quieran compartir en sus redes. Para esto, debemos tener en cuenta el primer punto: conocer a la audiencia. Hay que buscar temáticas que les gusten, les interesen o les resulten útiles, y que esto les lleve a compartirlo con sus seguidores.
- Tener en cuenta el posicionamiento SEO. En especial, si los vídeos van a subirse a YouTube, es crucial contar con un buen posicionamiento para aumentar el número de reproducciones. Cada red social tiene sus propias estrategias de posicionamiento, por lo que, dependiendo en cual hagamos la campaña de video marketing, habrá que informarse de unas u otras.
- Realizar vídeos de poca duración. Los vídeos, en cada red social, tienen una duración determinada que es la que “triunfa”, pero una de las características que define el éxito de los mismos es la brevedad.
