Los valores morales son cualidades positivas del ser humano que facilitan la vida en sociedad. Sin estas reglas éticas, las relaciones humanas se debilitan. Es la garantía para una convivencia social en armonía y se basa en criterios comunes. Aunque parezca increíble, a pesar de las diferencias culturales, religiosas y sociales, se han identificado determinados preceptos morales que compartimos desde hace siglos a nivel mundial.
Según el estudio intercultural más grande jamás realizado, antropólogos de la Universidad de Oxford han llegado a la conclusión de que existen siete reglas éticas, que según ellos, son universales:
Estos siete valores universales se han obtenido de los relatos etnográficos de 60 sociedades diferentes. La investigación concluye que, si bien la moral puede que no sea innata, cada cultura analizada parece estar regida por los mismos preceptos morales.
Cooperación social
El estudio se basa en una idea que sostiene que la moral humana se fundamenta en promover un comportamiento cooperativo. Es decir, para todos, una acción moralmente “buena” es aquella que beneficia los comportamientos cooperativos que sirven al resto de la comunidad.
“Las personas en todas partes afrentan un conjunto similar de problemas sociales y usan un conjunto similar de reglas morales para resolverlos y hay siete reglas morales que parecen ser universales en todas las culturas. Todos están de acuerdo en que cooperar, promover el bien común, es lo correcto “, explica Oliver Scott Curry, autor principal del estudio.
Al final, la cooperación social es el medio más importante que tenemos los individuos para lograr nuestros fines personales. Pero de esta afirmación se puede extraer el siguiente dilema:
¿Cooperamos con otros individuos con el fin de obtener nuestros objetivos particulares? o ¿cooperamos con otros porque consideramos que es éticamente lo correcto?
Por su parte, los valores familiares (tan arraigados en la mayoría de las culturas), la lealtad grupal o la reciprocidad, están estrechamente relacionados con la cooperación. Por ejemplo, la reciprocidad social está vinculada con la idea del altruismo o de tratar a los demás como te gustaría que te tratasen a ti y su principio de justicia. En todas las sociedades analizadas, este precepto se manifiesta en una valoración positiva de los comportamientos, como confiar en los demás, expresar gratitud y compensar.
Derechos de propiedad
Resulta llamativo el hecho de que entre los valores universales identificados aparezca el derecho de propiedad, ya que puede resultar un poco contradictorio. Es un precepto muy valorado en todas las sociedades analizadas, donde la aceptación de la propiedad está considerada como un bien moral, algo a lo que es digno aspirar y por lo que merece la pena esforzarse.
Percepción positiva
Aunque existan variaciones a la hora de poner en valor cada regla en cada una de las sociedades, lo que sí afirman los antropólogos es que estas reglas se valoran de forma positiva en todas las culturas constituyendo un magma común en el tejido humano. A la luz de estos datos cabe preguntarse si nuestra denostada sociedad, que está al borde del cataclismo moral según muchos, participa de estos valores o nos son ajenos; si los objetivos vitales tienen en cuenta estos principios éticos o se han quedado postergados en otros siglos o en otras culturas. Puede que estos valores sean pocos para cimentar una sociedad justa, equilibrada y con futuro, pero mientras sigan estando vivos y rijan el comportamiento de grandes masas de la humanidad, podríamos decir que la sociedad (aún) está a salvo.